Mi nombre es Andrés Varó y soy un pianista compositor nacido en Extremadura (España) en 1995. A los cuatro años, el interés que me despertaba la música clásica definió mi punto de partida en el mundo de la música, comenzando a recibir clases. Más tarde, me introduciría en el arte del piano, instrumento que me lleva acompañando desde entonces. Continuaría mi formación musical en el conservatorio, donde permanecería varios años. Con doce años, ya habría escrito varias piezas para piano por lo que, poco más tarde, abandonaría el conservatorio con el fin de disponer de más tiempo para mis estudios y mis propias composiciones, seguir trabajando la armonía y así centrarme, de forma autodidacta, en ese precioso mundo que estaba comenzando a descubrir: la composición. Tras finalizar mis estudios en Derecho y Administración y Dirección de Empresas, he comenzado a publicar mi trabajo al disponer del tiempo y el espacio necesario para, poco a poco, dar forma a los muchos proyectos que vengo deseando compartir.

Actualmente, puedes encontrar mi trabajo en Spotify, YouTube y resto de plataformas de streaming, aunque en los próximos meses esos perfiles desaparecerán. Debido a una remasterización de los álbumes y a las políticas de las distribuidoras y plataformas, tendré que empezar de cero con un nuevo perfil de artista en Spotify. Por ello, te pido seguirme en mis redes sociales y que te quedes junto al @pianodeandres para no perderte cuando llegue ese momento y así poder seguir compartiendo mi música contigo.

¡Gracias!

  • Retratos

    Retratos conforma una recopilación de composiciones para piano escritas desde mis quince hasta mis veintitrés años. Distintas edades, distintos sentimientos que trato de inmortalizar en estas obras. Invito, con estas doce piezas, a dejar volar la imaginación y tratar de vislumbrar cada una de las historias que pretendo contar con ellas.

  • Fragmentos

    Fragmentos es un álbum que contempla piezas más breves y sencillas que las de mis anteriores álbumes. Estas composiciones nacen entre mis veinticuatro y veintiséis años, de manera más despreocupada, disfrutando mucho de un proceso de elaboración en el que no pesaban ya los proyectos pendientes.